Ser niño es una aventura complicada. Los primeros años de vida están llenos de retos: aprender a andar, las primeras palabras, nuevos aprendizajes… La infancia está llena de pequeños cambios que suponen importantes esfuerzos para ellos. Dejar el pañal a un lado y enfrentarse al mundo del baño es uno de esos pequeños grandes saltos que tu hijo deberá afrontar.
Aprender a controlar el esfínter supone un largo y difícil proceso para los más pequeños de la casa. Muchos padres se preguntan cuál es el momento adecuado para abandonar los pañales y como en todos los temas relativos a los bebés, no hay fechas exactas. Las circunstancias de cada niño marcan el momento adecuado y forzarles no conseguirá nada bueno. De todos modos, se suele señalar la barrera de los dos años como el momento habitual en el que los pequeños están preparados para dar el salto. En cuanto a la estación del año, hay cierto consenso en cuanto a los meses cálidos se refiere: al tener menos ropa que lavar, será más cómodo para los padres enfrentar el proceso.
¿Cómo hacer que el cambio sea un éxito? Una de las claves está en la paciencia: es un nuevo paso que requiere esfuerzo y no se aprecian mejoras de la noche a la mañana. Se trata de un proceso largo en el que se avanza poco a poco , sin prisa pero sin pausa. La mejor manera de afrontarlo es ofrecer a tu hijo el apoyo necesario para que gane confianza. La adaptación no será fácil, pero con unos padres comprensivos y que conduzcan este nuevo aprendizaje de la manera adecuada llegará a buen puerto. Por este motivo, hay que evitar las reprimendas si tu hijo se hace pis encima: un enfado puede llegar a ser contraproducente. Recuerda que no es voluntad, sino que es su cuerpo el que no está acostumbrado. Tu pequeño necesita un clima positivo para poder superar esta nueva etapa de una manera no traumática.
Decir adiós al pañal es una carrera por etapas que deberás guiar. Al principio, es buena idea que tu hijo te avise cuando sienta la llamada de la naturaleza, incluso con el pañal puesto. De este modo, aprenderá poco a poco a identificar los procesos, hecho que facilitará más tarde la adaptación. Tu hijo se acostrumbrará a avisarte y cuando eso suceda, es el momento de acompañarle al baño. Es importante que todo este camino se enfoque de manera positiva y natural: aprovécha para enseñarle hábitos de higiene y explicarle claramente cómo hay que hacer las cosas. Para lograr que empiece a usar el WC, existe una herramienta muy útil: el orinal. Comprar uno, incluso cuando aún use pañales, servirá para que se acostumbre a él y hará el camino hacia la autonomía mucho más sencillo. En vez de pasar del pañal al WC, crea una etapa intermedia: el cambio será más suave y se adaptará mejor. Consulta el catálogo de Hiperbebé para echarle un vistazo a nuestros orinales.
Una vez que tu pequeño pueda controlar su cuerpo y avisarte para ir al baño, habrá conseguido la primera parte: la diurna. Lo que sucede por las noches es otra cuestión: hay quien sigue usando pañales mientras duerme pasados los cuatros años. Puede que haya momentos, una vez abandonado el pañal, en los que se siga haciendo pis encima. No te preocupes, es normal. Recuerda enfocarlo de manera positiva y huir de enfados inútiles. Con paciencia y el apoyo necesario, tu hijo es capaz de cualquier cosa.