Ya falta muy poco para que los más pequeños de la casa empiecen el colegio: reencuentro con lugares comunes y personas ya conocidas o el descubrimiento de un mundo completamente nuevo para los que se estrenan este curso. Año tras año, comenzar es duro para niños y padres: tras el periodo de adaptación necesario, todos los pequeños acaban disfrutando de sus clases y exprimiendo al máximo su experiencia escolar. Y es que, además de los beneficios obvios que les ofrece la educación en sus vidas, el centro escolar les ofrece mucho más.
Acudir cada mañana al colegio significa una valiosa lección para cualquier niño. Aprender a respetar unos horarios y conseguir adaptarse de un modo positivo a la rutina le da la posibilidad de familiarizarse con valores como la disciplina o el orden. También con la cultura del esfuerzo, asociada a conceptos como la fuerza de voluntad o la capacidad de superación. Enseñanzas como estas son de gran importancia en el desarrollo futuro de cualquier niño.
La vida que tu hijo hace en el colegio, rodeado de niños iguales que él, es también fundamental. El centro escolar es una herramienta básica de socialización y hace que adquieran nuevas formas de ver y comprender las cosas: la capacidad de empatizar con sus semejantes, el desarrollo de valores como solidaridad o tolerancia, etc. Sus compañeros, además de hacerle feliz, consiguen estimular facetas muy valiosas para tu hijo como la cooperación, el control del carácter o la autoestima.
El colegio encierra mucho más que lecciones de lengua, matemáticas o dibujo. Se trata de una auténtica escuela de vida fundamental para crecer como personas.
