Los primeros días de colegio son muy importantes en la vida de cualquier pequeño. Se trata de un cambio brusco: de convivir únicamente con la familia pasa a compartir experiencias y momentos con un grupo heterogéneo de personas, semejantes o diferentes. Se trata de una época que puede conllevar cierta tensión en los nuevos alumnos. ¿Sabes identificarlos?
Solo hay una manera de conocer si tu hijo no lleva bien el cambio: mantener los ojos abiertos y prestar atención a su comportamiento. El periodo de adaptación puede traer consigo una serie de consecuencias que se manifestarán de un modo u otro. Estos efectos pueden ir desde la aparición de síntomas físicos (desórdenes del sueño, problemas con la alimentación) hasta la tendencia hacia el desánimo o actitudes poco comunes. Es normal: tu hijo acaba de revolucionar su mundo y necesita tiempo para acostumbrarse. Aunque entre dentro de lo habitual, hay modos para solucionar estas dificultades.
¿La clave? La colaboración. Padres y profesores deben remar en la misma dirección para que los pequeños consigan un proceso de adaptación no traumático y los primeros días de su educación se conviertan en una experiencia positiva y enriquecedora desde el primer minuto. Fomentar el optimismo en ellos es una buena manera para enfocar el proceso de una manera correcta. Una actitud alegre que refuerce su autoestima le ayudará a superas esas primeras semanas de un modo más liviano. También el razonamiento: debe comprender que el colegio es un sitio positivo, feliz.
