Ampliamente conocido es el dicho “estar más delicado que una mujer embarazada”. Esto es así ya que todas las mujeres embarazadas padecen una serie de molestias -totalmente normales y nada peligrosas- que les acompañarán desde el primer momento de su embarazo. Algunas sólo se manifiestan durante las primeras semanas de gestación, otras sólo aparecen al final del embarazo y muchas otras varían según la persona ya que cada mujer es un mundo en cuanto a los síntomas del embarazo.
No obstante todos los especialistas coinciden -y cualquier mujer que haya pasado por el embarazo puede puede dar testimonio de ello- de que las molestias más intensas frecuentes del embarazo aparecen durante las primeras semanas a causa de la fuerte alteración hormonal que sufre el cuerpo. Tras el cuarto mes el cuerpo se estabiliza y muchas molestias desaparecen o se hacen menos intensas. Durante el primer trimestre estas son las molestias más comunes:
- Hinchazón y sensibilidad de los pechos. Generalmente el primer síntoma de embarazo para muchas mujeres. Los senos se empieza a preparar para la lactancia con altos niveles de progesterona y estrógenos, volviéndose muy sensibles incluso al roce de la ropa. Puede que sea necesario aumentar el tamaño del sujetador una o dos tallas, preferentemente con prendas de algodón sin costuras ni aros.
- Náuseas. Algunas mujeres lo padecen y otras no, pero es bastante común que una mujer embarazada sienta náuseas a diferentes horas del día y que llegue a vomitar incluso varias veces al día. Aunque no hay una teoría confirmada de por qué ocurre esto, lo más seguro es que se produzcan también por alteraciones hormonales. El embarazo aumenta notablemente el sentido del olfato de la mujer, haciendo que olores que antes le pasaban desapercibidos ahora sean realmente molestos y le produzcan náuseas. Lo mismo puede ocurrir con algunos alimentos. Para prevenir su efecto se recomiendan comidas ligeras y frecuentes, evitando alimentos copiosos y grasos. Las infusiones ayudan a calmar los efectos de las náuseas en algunos casos.
- Cansancio y sueño. Las mujeres embarazadas tienen más ganas de dormir y en general se encuentran muy cansadas sin motivo aparente. Su cuerpo experimenta grandes cambios físicos y emocionales y el organismo trabaja a un ritmo más acelerado de lo habitual y por ello es normal sentir un mayor agotamiento. El mejor remedio es, obviamente, descansar más: siestas después de comer, irse a dormir temprano, dieta sana y ejercicio moderado.
- Mareos. El embarazo puede producir una bajada de la tensión arterial para adaptarse a su nuevo estado y por ello es normal sentir mareos después de comer o al levantarse rápidamente. Al sentirse así la mujer debe recostarse con las piernas en alto y llevar un caramelo encima para elevar el nivel de azúcar en sangre.
- Dolor de cabeza. El embarazo puede provocar cefaleas o empeorar aquellas que las mujeres pudieran tener antes. El aumento de la circulación sanguínea y la reducción de glucosa en sangre contribuyen a este intenso dolor de cabeza. Es recomendable comer varias veces al día para que no baje demasiado el azúcar, hacer ejercicios ligeros para mejorar la circulación de la sangre, recostarse sobre el lado izquierdo y darse masajes en las sienes si el dolor aparece. Si el dolor de cabeza no se va tras el primer trimestre es recomendable consultarlo con el médico.
