En numerosas ocasiones los padres entienden que el proceso de hablar es algo natural, pero no es del todo así, aprender a hablar es junto a aprender a andar una de las acciones más importantes que los niños realizan en sus primeros años de vida, siendo un proceso largo que requiere mucha motivación y estímulo por parte de padres y profesores.
Lo ideal para estimular el habla de los más pequeños es empezar por actividades lúdicas. Los padres deben prestar atención a la manera de hablar que ellos mismos tienen, ya que van a ser posteriormente imitados por sus hijos, por lo que han de hablar de una forma clara delante del pequeño.
Los padres son los responsables de estimular todos los aprendizajes de su pequeño mediante el juego. Esta estimulación debe empezar antes de que el bebé comience a hablar a través de:
- La audición. Para estimular su capacidad auditiva es importante que el bebe comience a reconocer sonidos. Para ello, algunos juegos que podrían ser de alta utilidad podrían ser la imitación de los distintos animales, o de la naturaleza (guau guau, miau miau, la lluvia, el viento, etc.)
- Respiración. Una buena respiración es fundamental a la hora de la emisión de sonidos. Para ello juegos de soplar resultas muy acertados.
- Motricidad labiolingual. Importante para conseguir una buena articulación de sonidos. Un ejemplo de juego podría ser hacerle muecas en el espejo que el pequeño tenga que copiar.
Los padres, una vez que el niño comienza a hablar, han de tener una serie de actitudes que influirán en el aprendizaje de los más pequeños. Algunas de estas actitudes son tales como hablar de forma correcta y clara, corregir al pequeño sin interrumpirlo constantemente, dejarle hablar, introducirle nuevo vocabulario explicándole el significado de nuevas palabras, intentar conversar con él, utilizar preguntas abiertas para obligarlo a contestar algo más que un “sí” o un “no”, y por último, celebrar sus logros.
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