La imitación es la forma más sencilla y eficaz para que los bebés desarrollen todos sus sentidos y aprendan a comunicarse con el mundo exterior.
Esta capacidad de imitar es innata y la podemos ver en algunas especies animales también, como los chimpancés. Las formas de expresión no verbales las hemos tomado de nuestros antepasados prehistóricos, y es la mejor forma de hacer que nuestros pequeños tomen un primer contacto con nosotros y se comuniquen. De esta manera, si desarrollan esta capacidad de imitación podremos saber cómo se sienten antes que desarrollen la habilidad de hablar.
Esta herramienta de comunicación conviene potenciarla, ya que puede sernos de gran utilidad para detectar a tiempo los síntomas del bebé. Podemos enseñarles mediante el juego a poner cara de pena, felicidad, enfado, sorpresa… De esta manera él solito irá atribuyendo cada sentimiento a un elemento hasta que comience a ser consciente del mundo y comparta sus primeras palabras con los demás.
Otro de los beneficios de que tu bebé comience a imitar es que también empezará a ejercitar la memoria, teniendo de esta forma más intuición para identificar e interpretar el entorno y a las personas.
Por otro lado, existen dos formas para que el bebé asimile cada referencia imitativa: la forma pasiva y la forma activa. En la primera, el pequeño observa a la mamá o al papá cuando está trabajando en casa o haciendo de comer. Y en la segunda, cuando el bebé hace la acción y la mamá o el papá imitan lo que hace. De cualquiera de estas dos formas, como padres acabarás estimulando la imitación de tu bebé.
Si sigues estos consejos, en poco tiempo tu bebé hará suya la imitación como una herramienta con la que expresarse con los padres.
¿Practicas estos juegos con tu bebé para estimular que te imite? ¡Comparte con nosotros tu experiencia!
