En los últimos meses se viene hablando mucho de una novedosa prueba de seguridad en las sillas infantiles para coches. El Plus Test, que llega desde el norte de Europa, está revolucionando el panorama, ya que complementa a los estándares de seguridad vigentes y está permitiendo el avance a pasos agigantados en materia de seguridad en estos elementos de protección infantil.
Desde los países nórdicos nos llega esta prueba. Y no es la primera, ya que ha demostrado estar a la vanguardia en materia de seguridad, pues serían ellos los que también lanzaran los sistemas de seguridad contrarios a la marcha, que ya han demostrado ser mucho más seguros y fiables que los instalados a favor de la misma.
El Plus Test, que viene desarrollándose desde 2009 en Suecia, analiza detalladamente y en profundidad los esfuerzos que se producen en un impacto. Esto ha posibilitado la medición precisa y ha permitido cuantificar cuáles son las variables que intervienes en función de la tipología del impacto, definiendo así nuevos estándares de seguridad para los productos.
El Plus Test se posiciona así como la prueba más exigente en materia de seguridad que se conoce hasta el momento y, por ahora, es de voluntario cumplimiento entre los fabricantes. Hoy por hoy se sabe que no existe ningún dispositivo de cara al sentido de la marcha que haya podido superar este test.
Desde Suecia nos llegan 2 de las principales mediciones que analiza esta prueba: por un lado, un crash-test mucho más exigente. Si hasta el momento la normativa europea exigía realizarlo a 50km/h con una desaceleración de frenado de 28g, el Plus Test lo realiza a la misma velocidad pero con una desaceleración de frenado de 28g, lo que implica que se está teniendo en cuenta la distancia recorrida hasta que el coche se para. Por otro lado, la precisión absoluta de la carga cervical. Está científicamente demostrado que un menor de 3 años no soporta un esfuerzo cervical de más de 130kg, por lo que el Plus Test establece el límite permitido en los 122 kg.
Este es el motivo principal por el que las sillas que se montan en sentido de la marcha no superan esta prueba, pues resulta evidente pensar que la posición del pequeño ante un impacto es muy desventajosa, teniendo que soportar cargas cervicales muy superiores a las establecidas. Sin embargo, aquellas que se montan en sentido contrario a la marcha permiten la absorción de las fuerzas generadas en el impacto, por lo que las cervicales y lumbares del niño no sufren de igual forma.
Esto hace que sean ya muchos los fabricantes de sillas para coches que están poniéndose las pilas en lo relacionado a este asunto, pues les beneficiaría altamente contar con el sello de haber superado exitosamente el que, hasta el momento, es el test de seguridad para elementos de protección infantil más exigente del panorama.
