Con la piel de los recién nacidos hay que tener mucho cuidado, ya que al ser tan pequeños y no tener desarrollado aún un buen sistema inmunológico su piel es mucho más sensible. Además, muchos de los bebés nacen con reacciones atópicas a productos de aseo, aunque haya sido testado dermatológicamente para bebés.
El bebé necesita estar limpio, pero los pediatras no consideran necesario bañarlos todos los días, con hacerlo 3 veces a la semana es suficiente. A pesar de ello, si es recomendado limpiar la cara y las manos con una esponjas húmeda diariamente.
La piel del recién nacido y del bebé de pocos meses es muy fina. Para evitar añadir molestias a esta delicada piel, intenta comprar productos para pieles hipersensibles o con un pH neutro. El jabón para lavar a un bebé debe ser suave, procurando que no entre en los ojos para evitar irritación. Tras el baño, seca al bebé con toalla de algodón sin colorantes, empapando, no frotando.
Las primeras semanas, los bebés suelen tener la piel muy reseca, ya que llevan meses metidos en líquido y al salir a un ambiente más seco es fácil que se descame la piel. Cuando sucede esto no hay que intentar arrancarle las tiritas de piel seca, simplemente aplicar crema hidratante varias veces al día y se irá descamando poco a poco. Si la piel del bebé está bien, no es necesaria la crema hidratante. Habitualmente, las zonas que más se secan en el cuerpo de un bebé son las manos, los pies (los tobillos en especial) y zonas cubiertas por el pañal.
El pelo se puede lavar con el mismo jabón y después se puede secar con la toalla, no con secador y se puede peinar con un cepillo suave.
Si decidimos poner colonia al bebé, lo mejor es no aplicarla directamente en su piel sino en la ropa. Lo mejor es emplear colonias infantiles que son menos fuertes que otras colonias o perfumes, con escaso o nulo contenido en alcohol. De cualquier modo, podemos probar a poner unas gotitas de colonia en un punto específico de la piel del bebé para comprobar si sufre alguna reacción.
