Muchos niños atraviesan por temporadas en las que rechazan el baño. Algunas causas por las que no quieren bañarse pueden ser porque:
- Ha vivido una mala experiencia en la bañera, como que se haya escurrido, que le haya entrado espuma en un ojo o que el agua estaba muy fría o caliente.
- Tiene miedo a colarse por el desagüe, es un temor común entre niños de 2 y 3 años.
- Se ha iniciado en la edad del no, en la que se opone a lo que dicen los mayores para intentar reafirmar su personalidad.
- Le causa inseguridad cambiar de actividad, tanto meterse como salir del baño.
Para tratar de solucionar estas situaciones te damos una serie de consejos:
- No le obligues a meterse en la bañera si no quiere, hazlo cuando esté más relajado y receptivo a la actividad y si no, lávalo con una manopla fuera de la bañera. Déjale que juegue o investigue la palangana y haz que sea el momento más divertido del día.
- Cuando el paso anterior ya lo tenga bien asimilado, proponle meter las piernas y brazos en un barreño grande con agua. Cuanto más se anime, intenta que se meta más en el barreño.
- Una vez que la actividad anterior le resulte satisfactoria, coloca el barreño en la bañera grande. En unos días proponle a tu pequeño a salirse del barreño y se meta en la bañera. Llena el agua de sus juguetes para que pueda asimilar mejor la experiencia.
- Para enjabonarle la cabeza (usa champú para niños que no irritan los ojos) colócale un visera de baño para no mojarle la cara. Cuando le vayas a aclarar, échale la cabeza hacia atrás y vierte el agua despacio con un jarrito.
- No quites el tapón de la bañera hasta que tu hijo esté fuera del baño, se podría asustar.