Las relaciones de los más pequeños empiezan en casa, con sus hermanos y padres, hasta los primeros contactos en las guarderías. Por ello, los padres deben ir construyendo una serie de habilidades sociales que formen parte de la educación de los niños, no tratar este asunto de manera adecuada puede producir al niño un sufrimiento emocional de dependencia y timidez.
A algunos niños les resulta difícil relacionarse con los demás. La timidez es un problema frecuente hoy en día que puede presentarse en mayor o menor grado en los hijos, pero si la ansiedad aumenta, lo ideal es consultar con un especialista que nos ayude a resolver la falta de socialización, ya que ésta puede afectar también al aprendizaje y la escolarización del pequeño.
En ocasiones, no es fácil detectar si tu hijo es tímido o simplemente le cuesta relacionarse con los demás. Los niños tímidos presentan temor a relacionarse con su sociedad más inmediata. Su miedo principal se manifiesta por miedo a hablar con otras personas, preferencia por estar solo, hablar poco y sonrojarse al hacerlo. Esta timidez puede aparecer e ir desapareciendo poco a poco, continuar de manera normal o desbordarse, y llegar a ser un problema a tratar.
Un niño puede sentir timidez en diferentes situaciones, como conocer a alguien, expresarse frente a desconocidos, acudir a un lugar nuevo, mantener una conversación o recibir un elogio.
Cómo vencer la timidez es una de las preguntas más cuestionadas por algunos padres. Este trabajo comienza en casa y sigue en los centros educativos, como guarderías o colegios.
A continuación, indicaremos algunas acciones importantes que hacer para ayudar a vencer la timidez de los más pequeños de la casa:
- Que los padres hablen con los profesores para que no fuercen al niño a hacer cosas que no quiere, como participar en clase. Esto no significa que nunca lo hagan, sino que sean los propios niños quienes se suelten a hacerlo poco a poco.
- Conversar con el pequeño haciéndole sentir cómodo con sus familiares más cercanos, de este modo se animará a expresar sus inseguridades, y podrán darle consejos sobre las virtudes que el pequeño posee y ayudarlo a resaltar sus cualidades, animándole a hacer aquello que le gusta o se le da bien.
- Llevar al niño al parque, a talleres o actividades, que ayudaran a que se anime a hablar y disfrutar con otros niños. Muy importante: No debemos forzar nunca a nuestro hijo.
- Por último, y más importante, hay que incentivarlo con frases positivas como ¡Lo haces genial! o ¡Sigue así!, de esta manera reforzarán la seguridad del niño y harán que progrese.